Una vez más: ¿Qué realmente es la estrategia?

La palabra planear se dice, se escribe y se entiende sin problema; contabilizar también, y lo mismo pasa con diseñar, programar, analizar, pero decir estrategizar luce complicado, incluso el software de corrección automática de inmediato lo subraya en rojo y me grita que está mal escrita la palabra e-s-t-r-a-t-e-g-i-z-a-r. Me voy al diccionario de Word para que me sugiera otra forma de escribirlo, pero me dice que no hay sugerencias, simplemente no conoce el verbo. 

Planear no trae conflicto, todo mundo dice planear, pero nadie dice estrategizar. 

Es que la planeación inicia como un mecanismo de control y de certidumbre; para aliviar la ansiedad de lo desconocido y minimizar la variación con respecto al hoy. Y por esto mismo, cuando le pegaron el término estrategia, para quedar como Planeación Estratégica, mataron a la estrategia misma. 

¿Por qué? 

* Porque la planeación es un proceso de análisis; la estrategia es uno de síntesis. 

* La planeación mide y extrapola el status quo; la estrategia redefine o inventa un nuevo status quo. 

* La planeación se asocia al hemisferio izquierdo (actividades, recursos, tiempos); la estrategia al hemisferio derecho (creatividad, intuición). 

* La planeación tiende hacia el incrementalismo: vender más, gastar menos; la estrategia hacia la discontinuidad: ser diferentes, sumarse a puntos de inflexión. 

* La planeación requiere de datos, asociado más al método científico; la estrategia requiere de inspiración o insight, asociado más al proceso artístico. 

* La planeación explota más lo que ya se hace; la estrategia se enfoca a la detección y explotación de nuevas oportunidades. 

* La planeación tiene que ver con el cómo, hacer las cosas bien; la estrategia con el qué, hacer las cosas correctas. 

* La planeación es mecánica, la estrategia es orgánica. 

* La planeación es una programación, la estrategia es una intención. 

 

Planeación y Estrategia son dos procesos diferentes que al integrarlos en una misma función provoca un "corto circuito" y poco parece prosperar. 

Y cuando llega el temido reajuste de personal, a los primeros que se ejecutan son a los de planeación estratégica, que por su naturaleza están asociados al futuro cuando los problemas parecen estar todos en el presente. 

A menos que los de planeación estén enfocados a la planeación financiera, que entonces ya no necesariamente es estratégica, y no son despedidos porque son los que proveen las presentaciones de Power Point a sus jefes para que se las muestren a sus respectivos jefes. 

Ok, separemos entonces, aunque sea por un momento, la función de la planeación y la función de estrategia, ¿qué nos queda? 

Nos queda un verdadero relajo. Nos queda una zona gris, que a veces luce totalmente negra y a veces luce totalmente blanca y a veces luce de todos los colores. Si hubiera una zona etérea en negocios tendría que ser la de la estrategia. 

La primera reacción cuando se quiere aterrizarla es la tradicional SWOT o FODA, que por cierto en español suena a grosería, y se reduce a Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas. 

Todo mundo ve el FODA, lo discute, analiza, y palomeada queda la "estrategia", adelante con la siguiente filmina. 

Y el padre moderno de la estrategia, Porter, después de 20 años de su tesis en estrategia competitiva, en 1996 se anima a publicar un artículo en el Harvard Business Review que lo llamó What is Strategy? A buena hora lo quiere clarificar, después de miles de generaciones de estudiantes que cuando presentan las cinco fuerzas porterianas acompañadas del FODA sienten resuelta la estrategia en su trabajo. 

Pero no es un tema de culpas, es un tema de complejidad. 

Para rematar en lo etéreo del proceso estratégico, si es que califica como proceso, cito a Gimpl y Dakin: "los ritos mágicos de la planeación de largo plazo, la elaboración de pronósticos y otras técnicas con orientación a futuro son manifestaciones supersticiosas para aliviar ansiedad y proveer una ilusión de control". 

Si los autores de arriba les parecen desconocidos es que son del remoto Nueva Zelanda; pero ahora cito nada más y nada menos que a Kenneth Galbraith que opina en relación a economía y la anticipación del futuro: "En un tema incierto como la economía y la psiquiatría hay algo maravillosamente fascinante de aquellos que (dicen que) saben con certeza". 

Mintzberg, Ahlstrand & Lampel asemejan al proceso de superstición a uno de estrategia en función de lo aleatorio que pueden serlo ambos y ponen el ejemplo de una ancestral tribu nómada que de manera aleatoria pide orientación a las deidades para encontrar alimento. Ante un mundo aleatorio, una búsqueda aleatoria parece funcionar, porque "elimina a sus propios sesgos anteriores, que sin duda los llevarían a sobre-explotar (cazando de más) los recursos, lo que acabaría por agotarlos". 

Inevitablemente esto nos lleva a pensar en el lanzamiento aleatorio de dardos, que escogen al azar las inversiones en acciones con mayor promesa de rendimiento y que frecuentemente le gana a sofisticados y estudiosos de la materia (Wall Street Journal). 

Finalmente, me tengo que aventar al ruedo y proponer alguna definición de lo que se entiende por estrategia, ya que no puedo limitarme sólo a señalar lo que podrían considerarse fallas o deficiencias. Aquí dos versiones. 

La larga: hacer estrategia es el proceso de encontrar, definir y diseñar un rumbo y una propuesta de valor, en función de una visión respecto al futuro y donde la compañía tenga o pueda tener fortalezas diferenciadoras sobre la competencia, y que mejor sirva, o potencialmente sirva, a los clientes elegidos; incluyendo los arreglos e implicaciones organizacionales para construir esa posición futura. 

La corta: hacer estrategia es tener la habilidad de reconocerla cuando te topas con ella e intencionalmente explotarla. 


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